MuSA, el museo que esperamos...

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por Amanda Carmona

Mayagüez tiene un museo de arte que no ha podido serlo y cual princesa olvidada sufre su abandono. Fue un sueño del Colegio... pero no ha podido inaugurarlo.

Era tal la euforia con el edificio “más emblemático del RUM” que al inicio de la construcción en el 2005, en ceremonia oficial enterraron una cápsula sellada para desenterrarla en 25 años. Esta cápsula contiene los planos de construcción, memorabilia del RUM, obsequios de otros recintos y mensajes a nuevas generaciones. Sin embargo, un patrimonio arquitectónico rescatado y “casi” terminado, se olvidó.

La mayoría de los museos de arte en Puerto Rico son estructurados en edificios históricos restaurados, como el MAPR, el MAC o la Casa Roig. En este caso, lo que fue la Clínica Saint Marie de 1930 y luego el Antiguo Instituto de Agricultura Tropical del Colegio de Mayagüez desde 1952, entre otros usos recientes, es hoy día el Museo de Arte y Senado Académico (MuSA) del RUM. El ex-rector, Dr. Stuart Ramos, lo concibió de esa manera y lo dejó consignado en el plan de desarrollo del recinto que se hizo durante su incumbencia. Luego, el también ex-rector Dr. Jorge I. Vélez Arocho, lo implementó. 

Allí está, renacido del destrozo del huracán George en 1998 gracias al Arquitecto Jaime Cobas y su equipo de ingenieros.

Su concepto de restauración conservó el edificio histórico insertando una estructura nueva por dentro y utilizando materiales modernos. Una novedad en Puerto Rico fue el sistema de micropilotes que sirve de fundamento a la nueva estructura realizada en acero estructural. Los micropilotes permiten no afectar los viejos fundamentos. El diseño del arquitecto Jaime Cobas rescata una galería de columnas (columnata) preexistente para añadir espacio útil de una manera muy interesante. “En la columnata existente hacia el sur, con su colosal vista de Mayagüez, se ubicará la galería de esculturas. Sus paredes transparentes, por motivos de conservación, darán la impresión de encontrarse al aire libre. Las ventanas y aperturas en los muros originales se abrirán de nuevo para servir de nichos para enmarcar las obras.”

Las salas de exposición, en un espacio de 62´ x 33´, son de altura variable creando espacios íntimos, apropiados para apreciar determinadas obras como acuarelas, grabados o lienzos pequeños. Para obras de gran formato un tragaluz de cristal crea un espacio de 18´ de altura permitiendo además apreciar las obras con iluminación natural. “Éste (tragaluz de cristal) consiste de varias camadas de cristal que proveerán resistencia a vientos huracanados, protección contra los rayos ultravioleta y aislamiento contra el calor.”

“Dicho concepto tiene como precedente la Villa Belvedere en Roma, donde en 1503 el Papa Julio II habilitó un patio interior del que se dice fue el comienzo de las exhibiciones de colecciones privadas.”

El segundo piso del Museo fue diseñado con entrada independiente para el Senado Académico. Este cuerpo claustral podrá disfrutar de oficinas, salón de recepción y de conferencias.

“El espacio destinado a las reuniones del Senado fue concebido como una “casa de parlamento” en el que se proveerán asientos para el público y la prensa”, según explica el arquitecto Cobas. El Senado Académico del RUM está compuesto por 51 senadores, mayormente miembros de la comunidad académica. Este proyecto “enfatiza el rol que tiene el Senado Académico en la Universidad”, ha dicho el ex rector Vélez Arocho. No obstante, fue la Junta de Síndicos de la UPR, en la certificación Número 5 de 2003-04, quien creó el MuSA que operará como una dependencia administrativa autónoma, nombrada y adscrita a la Oficina del Rector del RUM y dirigida por una junta de gobierno de conformidad con la cédula del museo. Esta cédula es el ordenamiento administrativo.

El MuSa cuenta ya con el comienzo de una colección propia gracias a la generosa donación de obras por parte de entidades privadas. Una fue la Fundación Marcos Irrizarry, la cual donó una extensa colección del artista mayagüezano, profesor de arte en el RUM los últimos ocho años de su vida.

La colección de Irizarry incluyó obras de Gonzalo Suárez, Teresa López y Luis del Real. Esta importante colección consta de sobre 100 obras en distintos medios –pinturas, grabados, serigrafías, dibujos y aquatintas- cuyo valor sobrepasa el millón de dólares. La firma del donativo estuvo a cargo de Julio Suárez, presidente interino de la Fundación Marcos Irizarry, quien en aquel momento formalizó el acuerdo junto con el Rector del RUM y el presidente de la UPR.

Otra donación, esta vez de parte de la Corporación Bacardí fue la escultura cerámica de 30 pies de altura, Isla Recreada, de la artista argentina Susana Espinosa, originalmente concebida y construida para el Pabellón de Puerto Rico en la Feria Mundial de Sevilla. El MuSA también exhibirá las acuarelas del botánico puertorriqueño Dr. Agustín Stahl dándole un toque diferente a este museo, el interés de incluir exposiciones de temas científicos. Para complementar este enfoque, un museo universitario con recursos para la investigación y la coordinación de un programa educativo y de apreciación estética para estudiantes deseosos de un saber humanístico, además de científico y tecnológico, fue la intención del ex presidente de la Universidad de Puerto Rico el Lcdo. Antonio García Padilla y el ex rector del Colegio de Mayagüez, el Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, cuando en 2004 anuncian el proyecto.

A un costo de casi cinco millones de dólares un edificio histórico revive para servirle de sede al MuSA, con una colección permanente lista para exhibirse. Es una pena que por un impasse entre constructores y administración central, el museo siga cerrado y en peligro de deterioro.

Fuentes de entero crédito vinculadas a la administración del RUM, señalan a MSAM que el retraso en la apertura e inauguración del MuSA se debe a la falta de fondos para ello y para luego continuar el manejo y mantenimiento del mismo.

Normalmente es a la junta de directores de un museo a la que le toca buscar fondos privados o dicho de otra manera, mecenas y filántropos, amantes del arte y coleccionistas, académicos y empresarios que aporten al fondo de mantenimiento de, en este caso, un proyecto “emblemático” del Colegio.

El ex presidente de la UPR Antonio García Padilla, propulsor del proyecto solía decir que "somos universitarios y nada de la cultura nos es ajeno", ojalá que así sea para que de aquí al 2030, cuando está pautado desenterrar la cápsula sellada del sueño de tantas mentes, este museo haya cumplido con su razón de ser.

Más información sobre el MuSA en la página del Recinto Universitario de Mayagüez de la UPR