El espiritismo en la mesa de Luís Maisonet en el RUM

El espiritismo en la mesa de Luís MaisonetCuando lo llamé acababa de poner la mesa en la Galería de Arte del Departamento de Humanidades del Recinto Universitario de Mayagüez de la UPR. El pintor Luis Maisonet, Maiso estaba aplacando la sed y el cansancio en un colmadito de la ciudad después de montar 10 óleos de gran tamaño, 11 grabados en linóleo y cuatro acuarelas. 25 obras que forman parte de la exposición La mesa está puesta, en las que explora el tema del espiritismo. El criollo y el científico. El de Allan Kardec y el de Doña Andrea.

 

“La mesa está puesta recoge todo el concepto de la mesa de sesiones. Mi tío Juan Antonio Maisonet era espiritista y cuando iban a empezar el ritual decía: la mesa está puesta. Una mesa preparada con flores, el mantel blanco, los santos, las velas del ser espiritual, y por eso le puse La mesa esta puesta”, dice el bayamonés a mayaguezsabeamango.com.

 

El Maiso vino a bailar a la casa del trompo, y el lo sabe. En la historia de Mayagüez se dice que fue aquí donde nació el espiritismo y desde donde se extendió por el norte de la isla.

 

“Yo tengo entendido que aquí nació el espiritismo. Muchos mayagüezanos como (Eugenio María de) Hostos, Juan Rius Rivera, Betances, eran espiritistas. Porque el espiritismo era un lugar común de nuestros patriotas. Me parece interesante que personas como ellos hicieran una labor de índole social. De paz, justicia y caridad, como dice el espiritismo. No es casualidad, que del Colegio me llamaran cuando se enteraron por Internet de la exposición y me hicieron la invitación de inmediato. Supongo que por el vínculo”, hemos citado.

 

El influjo del espiritismo le llegó por Hatillo, donde vivió hasta los seis años y a donde regresaba todos los veranos.

 

El espiritismo en la mesa de Luís Maisonet“Yo me crié en Hatillo en los años 50 y en esa época había mucho espiritista en esta área de Hatillo, Arecibo y Lares. Mi tío era espiritista y de pequeño a mi siempre me llamó la atención la cosa mágica y misteriosa del espiritismo y me quedé con eso en la mente. Hace dos años estaba buscando un tema, algo relacionado con nuestra cultura, tradición y la religión, y creo que nadie había pintado en forma coherente y en serio, sobre el espiritismo. Me puse a investigar, me metí en los centros espiritistas, folclóricos, científicos y criollos. En un lugar me dejaron tomar fotos, en Vega Alta hice fotos, apuntes, y después de eso me puse a pintar. El producto de eso es esta exposición.

 

Las obras dice, “Son las imágenes de las sesiones espiritistas y el vocabulario del espiritismo. Once grabados que concentran en el sincretismo del catolicismo, el espiritismo y la religiones africanas negras. Esos tres elementos… esas tres culturas. Es el espiritismo criollo, folclórico alejado del de Allan Kardec.

 

Kardec, es reconocido como el fundador y codificador del espiritismo. Fue un lingüista francés, miembro de la Real Academia de Ciencias Naturales de Francia que se inició, en lo que entonces se decía era un pasatiempo popular de mediados del siglo XIX: intentar comunicase con los espíritus. En sus libros asegura haber sido testigo ocular de fenómenos tales como mesas que giraban y escritura psicográfica. Se convenció de la existencia de una región espiritual habitada por las almas inmortales y de que era posible comunicarse con los muertos.

 

Se encargó de ordenar una inmensa colección de escritos psicográficos que le proporcionaron sus amigos espiritistas. Empezó a asistir con regularidad a sesiones espiritistas, preparado siempre con una serie de preguntas que se le respondían por medio de los médium de “manera precisa, profunda y lógica”. Toda esa materia, debidamente “repasada y corregida” por el “Espíritu de la verdad” a través de un médium, fue publicada en 1857 en El libro de los espíritus, su primera obra con el seudónimo Allan Kardec. Se llamaba Hippolyte León.

 

La exposición, que estará en el RUM hasta el 26 de febrero, se presentó en la Liga de Arte de San Juan, en octubre de 2011. “La opinión de la gente y la de mis compañeros artistas fue que les gustó mucho, sobretodo la temática. Mucha gente desconocía del espiritismo y los elementos del color de las ceremonias que se dan. Estoy satisfecho. Todavía estoy haciendo cosas. Estoy añadiendo. Aquí hay cuatro o cinco obras que no estaban en la anterior”.

 

La inclusión de las acuarelas, medio que ha trabajado poco, le aportan nuevas formas al tratamiento del tema. “Yo soy pintor y la acuarela la había explorado muy poco pero en los últimos tres años he estado haciendo acuarelas en formato pequeño. En esta exposición me da un efecto trasluciente, que enriquece la obra”, dijo.

 

El artista recuerda que cuando hizo la exposición en la Liga de Arte “vinieron un montón de espiritistas de muchos pueblos. Ya me habían abierto el templo de Doña Andrea, una negra espiritista que me abrió las puertas y todavía me sigue dando información”.

 

El espiritismo en la mesa de Luís MaisonetMaisonet aporta sus propias experiencias, las que conviven armoniosamente con las de Doña Andrea y otros maestros. “Yo he tenido unas experiencias espiritas, y he visto cosas. He tenido visiones de cosas y por eso empecé a investigar el tema. Ahora a los 58 años me dio por investigar y ha sido como recordar mi niñez”.

 

Esta sería la décimo segunda exposición en solitario de Maisonet, quien acumula un centenar de exposiciones colectivas.

 

“Espero que venga gente. Es una muestra bien interesante en términos de la búsqueda de nuestra raíz, nuestra idiosincrasia y raíces religiosas profundas. Para mi es bien importante’, confesó Maisonet.

 

Le va a ir muy bien. Por ese espacio pulula, para protegerlo, una parentela que ha formado su carácter. Viajan juntos, la abuela Cástula Crespo, una canaria católica y beata de quien recuerda sus vestidos negros y sus rosarios. Un bisabuelo negro, hijo de Nazario, un cimarrón que tenía loca a la guardia española que lo buscaba por los cañaverales. Se vestía de blanco y siempre tenía un sable en el cinto. Aparecía de noche para ver a Juana Maisonet, una esclava que practicaba el espiritismo y que murió a los 115 años contando historias de cuando iban a buscar a su marido. Con esa legión de protectores no le puede ir mal.

 

“Por ahí viene lo español, lo negro, lo africano y hasta lo taíno, porque yo tengo todas esas razas”.

 

De La mesa está servida hablan muy bien la Dra. María Elba Torres Muñoz en uno de los ensayos del catálogo de la muestra en la que también aporta un ensayo el artista pintor, Elizam Escobar.

 

“Arte, espiritualidad y resistencia: desde ahí es que parte la propuesta de Luís Maisonet, si bien con instrumentos totalmente occidentales. Maisonet nos provoca desde un principio la espiritualidad afroboricua en un escenario profundamente político, donde las construcciones específicas de los ancestros mantienen una tensión entre lo propio y la rebeldía de la imposición. En la posesión del baile y del trance se conjugan lo nuestro, nuestro rescate profundo hacia nuestro interior, con la naturaleza y desde la mirada hacia el pasado que asume en la posmodernidad el lenguaje plástico del cimarrón”, escribe Torres Muñoz.

 

Escobar, quien es más que un amigo y colega, un hermano afirma que las piezas son una alusión a la trayectoria del artista.

 

El espiritismo en la mesa de Luís Maisonet“En la muestra de Luís Maisonet, abordamos una relación paradójica entre el misterio de lo visible (la vida, lo existente) y lo invisible de la muerte (lo desvanecido, lo que dejó de ser vivo), y en lo formal: un tipo de lucha entre la pintura y técnicas paralelas a la serigrafía… Tanto en las formas y las imágenes como en los títulos se puede apreciar las alusiones al espiritismo, pero también a la trayectoria cultural-artística de Maisonet: la mesa como el objeto-superficie en donde se practica el ritual, pero también la serigrafía. La Médium, intermediaria entre el vivo y el muerto. La forma redonda del soporte que horizontal puede ser mesa. El bordado que puede significar la marca del espiritismo criollo, la genealogía con el Baquiné de Oller, lo artesanal con lo sanatorio. Las relaciones de perspectiva: el diseño plano y el volumen pictórico”, dice Escobar.

 

Cresenciano Sotomayor, alumno de Maisonet colaboró en el montaje. “Lo estoy enseñado para que me sustituya en las clases de arte, serigrafía y pintura, que enseño en la Liga de Arte.

 

En pocas palabras

 

Luís Maisonet Ramos obtuvo un Bachillerato en Artes de la Escuela de Artes Plásticas del Instituto de Cultura, trabajó como diseñador y cartelista en el taller de Artes Gráficas del Departamento de Actividades Culturales de la Universidad de Puerto Rico. Durante 30 años se ha dedicado a su arte, y ha participado en cientos de exposiciones individuales y colectivas en Puerto Rico, Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Su fructífera carrera ha sido reconocida a nivel nacional e internacional. Su trabajo forma parte de la colección permanente del Museo de Ponce, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de Arte, Antropología e Historia de la Universidad de Puerto Rico, y en otros en la Habana y Nueva York.

 

Apertura, 26 enero 2012, Galería de Arte del Departamento de Humanidades, RUM/UPR 7:30pm.