El sonido Roena

El sonido RoenaTodo empezó en Dulces Labios. Fue allí que Roberto Roena vio la luz y dio sus primeros pasos. Pero no pasos de esos normales y corrientes que llevan a la gente de un sitio a otro. Estos pasos eran de los que dejaban a la gente, incluso a la gente de un pueblo tan cadencioso como este, con la boca abierta.

El pequeño Roena y su hermano, Cuqui, se convirtieron pronto en una sensación del baile. Pasaba su tiempo entre la escuela y la pelota o jugando chapita por las calles del vecindario.

El sonido RoenaAunque se mudó temprano Roberto Roena vive orgulloso de su barrio mayagüezano. Y cuando tenía nueve años se llevó su aire del oeste y su devoción por los Indios al sector el Chícharo en la Parada 25 en Santurce. Empezó a bailar de manera consistente en el programa de televisión La taberna india. No pasó mucho tiempo antes de que entrara a las grandes ligas de la música.

Siendo un adolescente se integra al combo de Cortijo. Allí se convierte en un maestro del bongó y la campana. Roena explica que fue Cortijo quien, atraído por las dotes escénicas del mayagüezano, quiso incluirlo en el combo. Cortijo mismo le enseñó a tocar el bongó.

Cuando implotó el grupo de Cortijo y del Big Bang salió El Gran Combo, Roena se resistió al cambio. Pero unos meses más tarde se integró a la universidad de la salsa y se graduó con honores saliendo a fundar el Apollo Sound.

El Apollo Sound

El Apollo es otra cosa. Integra el sonido de las bandas de Estados Unidos que le gustaban a Roena en esa época, Blood Sweat and Tears y el Chicago Transit Authority, con la cadencia boricua que aprendió en la calle y los combos.

La sección de metales: dos trompetas, un trombón y un saxofón le daba al Apollo un sonido distinto al resto de las bandas de salsa. “Todo el mundo me dijo que yo era loco, y pensándolo bien estaba loco sí, El Gran Combo era la orquesta que más tocaba y la que más toca”, dice sobre su decisión de abandonar el Combo. Pero más de cuatro décadas más tarde el Apollo sigue su viaje.

Las Estrellas de Fania

En el trayecto Roena fue convidado por Jerry Masucci a unirse a las legendarias Estrellas de Fania, un capítulo intenso y productivo en la carrera de Roena y en la historia de la música caribeña.

El sonido RoenaLas Estrellas de Fania reunía a los directores de las orquestas de salsa del momento: Bobby Valentín, Papo Lucca, Johnny Pacheco –quien dirigía a las estrellas-, Ray Barreto, Larry Harlow y Roberto Roena, entre otros.

Mientras se desarrollaba la propuesta del Apollo Sound Roena grababa y viajaba como bongocero de las Estrellas. El junte es sin duda uno de los fenómenos más exitosos de la música latina. Con Fania Roena viaja a toda América Latina, Europa y al famoso concierto en Zaire como antesala a la pelea de Mohammed Ali y George Foreman.

El evento deportivo se convirtió en un festival de varios días que incluyó presentaciones de James Brown, la diva africana Miriam Makeba y las Estrellas de Fania.

Simultáneamente con las Estrellas de Fania, Roena continuó su trabajo como director del Apollo, encomienda que se extiende hasta nuestros días. “Decían que no iba a durar ni tres meses, pero llevamos 41 años y 6 meses, o sea que se equivocaron por 41 años y 3 meses”, dice.


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