A 257 años de su fundación: Mayagüez ni se quita ni se rinde

La eliminación total de la Sección 936 del Código Federal de Rentas Internas en el año 1996 ha sido, a juicio del historiador Fernando Bayrón Toro, el golpe más adverso que ha sufrido Mayagüez en los 257 años de historia que hoy celebra.

“Esta adversidad, de la que todavía no nos hemos repuesto totalmente, no provino como en otros casos de la naturaleza, sino que en esta ocasión fueron intrigas políticas de carácter nacional las que provocaron la crisis. El resultado de esta acción para Mayagüez fue la desaparición de una gran cantidad de importantes empresas industriales y de cerca de 11,000 empleos”, afirma el también catedrático del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez (CAAM).

Bayrón Toro, quien ha estudiado profundamente la historia de Mayagüez, y quien ha sido observador y participante de su vida cultural, universitaria, política, gubernamental, comercial y deportiva, explica, que ahora las oportunidades de crecimiento y desarrollo de la Ciudad de las Aguas Puras se encuentran en mantener firmes las empresas comerciales e industriales que posee; en su expansión y fortalecimiento como ciudad universitaria, y en su conversión a un destino turístico caribeño, mediante la utilización de los múltiples recursos de todo tipo que tiene dentro de su territorio y en el entorno del oeste de Puerto Rico.

Dr. Fernando Bayrón ToroDr. Fernando Bayrón Toro“La firmeza de sus negocios actuales, el fortalecimiento como ciudad universitaria y el desarrollo turístico podrían guiar la recuperación económica y la historia futura de Mayagüez”, subraya.

Mayagüez y su Historia es el nombre de la conferencia magistral que ofreció Bayrón Toro en la Tercera Feria Internacional del Libro Eugenio María de Hostos, que le fue dedicada, el 4 de marzo de 2014, y en la que aborda los temas aquí reseñados y cuya publicación ha autorizado el autor.

La de Mayagüez, a su juicio, ha sido “una batalla continua entre adversidades, provenientes principalmente de la naturaleza, y los éxitos de los mayagüezanos sobre las mismas”.

“La historia nos demuestra, una y otra vez, que Mayagüez se ha levantado siempre de todos estos momentos de infortunio con fuerza y determinación o como dice el alcalde José Guillermo Rodríguez, mediante una frase que emplea a menudo al referirse a luchas políticas, económicas, culturales y deportivas de la ciudad: Mayagüez ni se quita ni se rinde”, insistió el autor de Mayagüez, Temas de su Historia y Geografía, libro del cual se han publicado tres ediciones.

Las desgracias naturales

Habían pasado ochentaiún años desde su fundación, el 18 de septiembre de 1760, cuando el Fuego Grande arrasó a la ciudad, destruyendo 300 de las 500 casas que tenía, el 30 de enero de 1841. “De este terrible golpe Mayagüez se levantó, milagrosamente, en poco tiempo y con más fuerzas”.

Catorce años después, en 1855, la epidemia del Cólera Morbo provocó la muerte de 1,569 mayagüezanos o un 7.5 por ciento de la población. “En esta epidemia el doctor Ramón Emeterio Betances se jugó la vida por los campos y calles de Mayagüez atendiendo principalmente a pobres y esclavos. Mayagüez se enfrentó valientemente a esta gran calamidad construyendo hospitalitos y cementerios especiales, y unos años más tarde el Hospital San Antonio, el hospital público en uso continuo más antiguo de Puerto Rico”.

Sesenta y tres años más tarde, el 11 de octubre de 1918, ocurrió el Terremoto de San Fermín, “que fue demoledor en el caso de Mayagüez”. Además de muertes y heridos, el sismo ocasionó la destrucción de setecientas casas y de importantes edificios públicos de la ciudad como la Iglesia, la Alcaldía y el Federico Degetau, el primer edificio del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, del cual quedó solo su emblemático Pórtico.

Otros momentos difíciles para la Sultana del Oeste fueron El Fuego del Teatro Yagüez (1919), las inundaciones del Río Yagüez en décadas pasadas y los huracanes Eloísa y Georges.

Historia gloriosa

A pesar de las desgracias naturales y de otra índole, Mayagüez ha sido testigo de grandes y heroicas hazañas, de acuerdo al también abogado. Por ejemplo, a los diecisiete años de la fundación de Mayagüez, en 1777, los mayagüezanos y su primer alcalde y fundador don Faustino Martínez de Matos, “valientemente”, se enfrentaron a una fragata inglesa, llamada Glasgow, “que pretendía capturar y hundir a dos goletas de la joven nación norteamericana, llamadas Endawock y Henry, que se habían refugiado en nuestra bahía y puerto, en medio de la Guerra de Independencia entre los Estados Unidos e Inglaterra”.

Bayrón Toro recuerda que esa misma Bahía de Mayagüez sirvió de refugio a nuestro primer diputado a las Cortes Españolas el destacado militar Ramón Power y Giralt el 23 o 24 de mayo de 1808, “tras haberse enfrentado solo con su goleta Cometa a varios buques ingleses en las costas de Cabo Rojo”, a corta distancia de allí.

Además, destaca que en un corto período de tiempo Mayagüez recibió importantes reconocimientos del Gobierno Español: pueblo en 1760, villa en 1837, ciudad en 1877 y ciudad excelente en 1894.

Hostos, Lares, la borinqueña y la abolición de la esclavitud

En el Siglo 19 nacieron en Mayagüez grandes figuras como Eugenio María de Hostos, Pedro Gerónimo Goyco, Juan Rius Rivera, Mariana Bracetti y Manuel María Sama. También se integraron a la vida mayagüezana importantes líderes de la región y del país como Segundo Ruiz Belvis, Ramón Emeterio Betances, Román Baldorioty de Castro, Rosendo Matienzo Cintrón y José de Diego.

En ese mismo Siglo 19, según nos ilustra, grandes acontecimientos históricos que impactaron a todo el país se originaron en Mayagüez. “La Junta Capa Prieto integrada por mayagüezanos tuvo una importante y valiente participación en el Grito de Lares de 1868, perdiendo la vida como consecuencia de este enfrentamiento los mayagüezanos Matías Brugman y Baldomero Burén”, acotó.

La versión revolucionaria de La Borinqueña, en cuya creación participaron Manuel María Sama, Félix Astol y Lola Rodríguez de Tió, “se interpretó por primera vez en la Hacienda Santa Bárbara, en la Sabana de Cuebas, del Barrio Salud”, cerca de esa misma fecha.

El 22 de marzo de 1873 España aprobó la Abolición de la Esclavitud para Puerto Rico. La ley que finalmente fue aprobada la redactó el diputado a las Cortes Españolas por el distrito de Sabana Grande y Yauco, Rafael María de Labra, un español nacido en Cuba, que dice, siempre defendió a nuestra Isla. “Este acontecimiento en mi opinión es la gesta humanitaria más importante lograda por los mayagüezanos a nivel internacional”.

“Los mayagüezanos nos emocionamos al pensar que fue en el atrio de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria que Betances y Ruiz Belvis iniciaron, a finales de la década de 1850, el abolicionismo, movimiento que luego se traslada a España donde fue conocido como la Sociedad Abolicionista Española, convenciendo esta entidad a las Cortes y demás autoridades españolas de la necesidad y urgencia de eliminar el inhumano e injusto yugo de la esclavitud”, sostiene.

Ramón Emeterio Betances, Segundo Ruiz Belvis, José Francisco Basora y José Remigio Paradís habían fundado, desde el 1858 en esta ciudad, una sociedad abolicionista, valiéndose de un bando o decreto del Gobernador Pezuela que permitía liberar a niños hijos de esclavos al momento de su bautismo.

Ellos pagaban de su propio peculio para que estos niños pudieran adquirir su libertad. “Estas acciones humanitarias y reformistas, combatidas por esclavistas y conservadores del patio y de España, fueron las que le costaron el exilio a Betances, Ruiz Belvis y otros”.

Antes de la concesión final de la abolición el 22 de marzo de 1873, España aprobó, en 1870, la Ley Moret, por el apellido del autor Segismundo Moret y Prendergast, que permitía a personas pagar por la libertad de niños esclavos al momento de ser bautizados unas 125 pesetas.

El expediente fundacional

El historiador Bayrón Toro encontró en el Archivo General de Puerto Rico un documento mimeografiado que certifica que el 18 de septiembre de 1760 se fundó el Pueblo de Nuestra Señora de la Candelaria, al que los indios taínos llamaban Mayagüez, lugar grande de aguas.

Luego encontró el documento original en el Archivo Histórico de Mayagüez que lo reconfirma. La Editorial Eugenio María de Hostos publicó el libro, Expediente de la Fundación de Mayagüez (1760) para celebrar el 256 aniversario de fundación en septiembre de 2017.

Bayrón Toro sacó a la luz el documento original de su Carta Magna, luego de una exhaustiva investigación, que asegura, “convierte a Mayagüez en una de las pocas ciudades y pueblos que cuenta con la copia original de su documento constitucional fundamental”.

“El expediente de la fundación, preparado por el secretario del Ayuntamiento de Mayagüez, Antonio Ximénez y Moreno y depositado en los archivos de la ciudad el 29 de mayo de 1837, es un modelo de la forma en la que se creaban los pueblos en tiempos de España. No deja duda alguna sobre las circunstancias, fechas y personas que participaron en la creación de esta importante ciudad”, reiteró el también autor del libro Historia de las Elecciones y los Partidos Políticos de Puerto Rico (1809-2012) del que se han publicado ocho ediciones.

El documento confirma, entre otras cosas, que el pueblo se fundó el 18 de septiembre de 1760 y que Faustino Martínez de Matos, Juan de Aponte y Juan de Silva fueron los fundadores. También confirma que Esteban Irizarry donó los terrenos de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, que se erigió tres años después de la fundación del pueblo, en 1763, y da cuenta de los vecinos y funcionarios gubernamentales que participaron en el proceso fundacional de Mayagüez.

“Yo invito a que tengamos presente siempre que el estudio de la historia de esta excelente ciudad de Mayagüez hay que cultivarlo, ampliarlo, revisarlo y actualizarlo. Mayagüez tiene una historia rica y hermosa que nos ha unido en el pasado y que nos debe seguir uniendo. Como acertadamente dice el lema de esta Tercera Feria Internacional del Libro Eugenio María de Hostos la historia nos une”, puntualizó el académico numerario de la Academia Puertorriqueña de la Historia y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia de España.