Don Juan Rullán emprendió obra reconstrucción de Mayagüez *

Don Juan Rullán emprendió obra reconstrucción de MayagüezLa reconstrucción de la ciudad de Mayagüez después del terremoto del 1918 quedó bajo la responsabilidad del alcalde, don Juan Rullán Rivera, un agricultor de grandes iniciativas que dirigió la administración municipal por doce años, durante el periodo de 1920 al 1932.

Consciente de sus responsabilidades, el señor Rullán delineó un vasto programa de reconstrucción de edificios públicos, calles y servicios que habían quedado en ruinas con motivo del terrible sismo.

El magnífico edificio de la alcaldía de Mayagüez fue construido por su Administración, edificio se te levanta como un homenaje a su memoria.

Emprendió le difícil labor de limpieza de los escombros del terremoto y reconstrucción total para que Mayagüez volviera a su vida normal de pueblo progresista.

Se le acreditan las obras del acueducto, en las cuales se invirtieron $600,000, el asfalto de todas las calles urbanas, le reconstrucción del hospital San Antonio y la instalación de la primera planta de filtración de aguas para consumo público en Puerto Rico. En este último proyecto se invirtieron $150,000.

Don Juan Rullán emprendió obra reconstrucción de MayagüezEntre otras obras que se acometieron durante su administración de los intereses municipales, se atribuyen al señor Rullán las siguientes otras obras.

Otras obras

Reconstrucción de las escuelas Muñoz Rivera y Riera Palmer, del Asilo de Pobres, del Matadero, un programa de caminos municipales, arreglo del parque Suau y construcción del parque Luis Muñoz Rivera.

El reloj municipal fue instalado también gracias a su iniciativa, así como la sirena de alarma, una de las más potentes de la Isla.

En otras gestiones públicas, el señor Rullán consiguió una rebaja de las tarifas de energía eléctrica de la Mayagüez Light & Power Company, y ayudó en incontables actividades cívicas y gubernamentales que engrandecieron a la ciudad del Oeste.

En Mayagüez le sobreviven su viuda doña Josefa Defilló y su hija Dolores. Entre los mayagüezanos vive latente el recuerdo de don Juanín Rullán, como cariñosamente se le conocía, el agricultor que abandonó sus intereses para realizar una magnífica obra de gobierno.


* Este artículo fue publicado en el periódico El Mundo, el 10 de octubre de 1952.